El navegante al que le daba miedo el mar os invita a la más profunda de todas las historias, aquella en la que nos aventuramos hacia nuestro interior y nos descubrimos a nosotros mismos. Es una obra valiente donde se nos ofrece la rara oportunidad de ser invitados a ser espectadores de la exploración interior de un hombre. Craig Miller El navegante al que le daba miedo el mar recorre su camino mostrándonoslo, mostrándose, siempre en contacto con la naturaleza a la que describe con detalles que te dejan ocarla, olerla, sentirla. Animo a los lectores a recibir este cuento y a acompañar al protagonista en su viaje, con ilusión, con la mente y el corazón abiertos, deseando que sean encuentro sorprendente y apasionante con vuestro pensar, con vuestro sentir, con vuestro ser. Nerea Esbrit Uno va entrando en años y cada día cuesta más reponerse a la adversidad y enfrentarse a ella. Te das cuenta de que has abandonado y te has entregado a la rutina del desencanto. A los cuarenta piensas en todo lo que te falta por hacer para conseguir el éxito, a los cincuenta añoras todo lo que no has hecho ya para ser feliz. Te dejas llevar por el costumbrismo, la comodidad, la falta de ambición. Te Conformas con las migajas y la seguridad de que alguien te salvará en caso de apuro y, al fnal, terminas perdiendo la autonomía y la responsabilidad de tu vida. La fortuna es que el cambio está en nuestra mano, cerca, muy cerca, tanto que a veces cuesta descubrirlo.