Robar los huesos de Gustavo Adolfo Bécquer, enterrado en el Panteón de Sevillanas Ilustres, y llevarlos al cementerio del pequeño pueblo zaragozano de Trasmoz, a los pies del Moncayo, es una idea descabellada.
Pero para Eduardo, un loco enamorado que quiere impresionar a su novia, lo más fácil del mundo.