¿La felicidad es un estado o una búsqueda? La obra más popular de Bertrand Russell defiende que el ser humano se debe mostrar activo en la conquista de la felicidad. Separado en dos apartados que desgranan con lucidez las causas tanto de la insatisfacción (las pasiones egocéntricas) como de la dicha (las que nos impulsan hacia fuera de nosotros mismos), el libro se compone de elementos que actúan por contraste de la fatiga al entusiasmo, de la competencia al cariño, a la manera de un espejo. «Cuantas más cosas interesen a alguien, más oportunidades de felicidad tendrá», afirmó el filósofo y matemático británico, para concluir que feliz es el que se siente parte del mundo y «goza libremente del espectáculo que le ofrece y de las alegrías que le brinda». Su texto sigue iluminando como pocos nuestra naturaleza insatisfecha y las opciones que tenemos para sobrepasarla.