Con «el impacto de la cabeza de Elena contra el asfalto» arranca la narración y se despliega el dilema moral que convertirá a Miguel, su protagonista, irremediablemente y para siempre en un «hombre sin fin».
Hombre sin fin es una lectura inquietante sobre la necesidad que todo ser humano tiene de conocer, si no de crear, un relato a través del cual entender lo que le rodea. Esa necesidad casi física, violenta, de reducir los hechos brutos e incomprensibles a la forma de una narración sin zonas grises ni desconocidas.
Hombre sin fin es una conmovedora historia con una tensión de fondo entre los convencionalismos y el miedo a ser libres si para ello hemos de adentrarnos en lo desconocido. Una lectura inquietante sobre el alto precio que a veces conlleva claudicar ante nuestros temores. Profundo e incisivo en la construcción de los personajes, José Manuel Jiménez indaga en el mundo emocional y la conciencia de estos con una agudeza propia de la novela psicológica a través de la visión que tienen sobre temas principales: el duelo, la culpa, el machismo, la manipulación de la información, la relación de dominio y sumisión entre clases sociales, la frivolidad y la impunidad campando a sus anchas en internet sin aparentes límites éticos… Pero estas páginas, por encima de todo, son una reflexión sobre la arbitrariedad con que ejercemos justicia según la manera en que los actos puedan afectarnos; y sobre su distante y liberador reverso: la asunción de la propia responsabilidad.