Un hombre al que en otras circunstancias no valdría la pena mencionar, salió una mañana -y lo menciono aquí solo al margen- por una puerta. Todo lo que esperamos ahora es un disparo, un golpe, una caída. En realidad, no es pedir demasiado.
Artículos relacionados
Vista previa: HOMBRES VARIOS
Este sitio web utiliza cookies, tanto propias como de terceros, para mejorar su experiencia de navegación. Si continúa navegando, consideramos que acepta su uso. Más información