Español de nacimiento y ciudadano del mundo por vocación, Ramón Verea (1833-1899) cambió su Galicia natal por las calles de Nueva York, pasando por Cuba, Argentina y Guatemala. Su nombre ha quedado asociado a un hito técnico de enorme trascendencia: creó la primera calculadora mecánica capaz de realizar multiplicaciones directas, un ingenio adelantado a su tiempo que lo sitúa entre los precursores de la computación moderna. Sin embargo, Verea fue algo más: también fue un periodista insobornable, de firmes convicciones liberales, progresistas y anticlericales, que criticó incansablemente las injusticias de su tiempo, desde la esclavitud hasta la desigualdad entre los sexos o las penurias de la emigración. Sus tribunas en El Progreso, el periódico en castellano que él mismo fundó en Nueva York, casi parecen escritas en la actualidad y no en el siglo XIX.
Apoyándose en la labor de investigadores previos y sumando hallazgos propios, Manuel Lozano Leyva reconstruye con rigor y cercanía la vida intelectual, política y personal de este personaje tan especial. La senda de Verea entrelaza un retrato vibrante y honesto de Ramón Verea, alguien que permanece relegado al olvido pero que, con toda justicia, merece un lugar propio en la historia de las ideas y de la técnica.