Cuento ilustrado en el que la autora, afectada de sordera profunda y madre también de un hijo sordo, acerca al lector a la manera como se relacionan en sociedad las personas con sordera profunda, a partir de las vivencias propias y de la lucha para que su hijo lleve una vida lo más normalizada posible. Con este cuento, Marta Capdevila pretende informar y ayudar a tomar decisiones a madres y padres de niños sordos.